30.8.13

El estanque

Mi vida. Cuando pienso estas palabras veo frente a mí una explosión de luz, continua como lava de volcán. Por la distancia que nos separa sospecho que es apenas unas horas más joven que yo. Y si bien me alejo –inevitablemente- cada día un poco más, su  brillo permanece inmutable; tal vez me esté acercando al alejarme. Por la noche, cuando me desvelo y acabo asomado al balcón de una casa, alcanzo a verle algunas  formas: la luz, en realidad, es un estanque; los rayos estallando alrededor, en realidad, son cometas. Los cometas visten rostros, el estanque es un niño. 

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